18.ª Feria Internacional
del Libro de Venezuela

del 10 al 20 de noviembre

Más allá de los discursos: La vida cotidiana como espacio de lucha anti-colonial

El trabajo ensayístico e historiográfico del profesor Vladimir Acosta, homenajeado en la Filven 2021, se encuentra atravesado por un claro posicionamiento político que hace evidente su lugar de enunciación. Lejos de la “hybris del punto cero”, Acosta saca ventaja de su apasionada subjetividad para dotar de actualidad los procesos históricos, ofreciendo una renovada visión del presente a partir de las huellas del pasado. Más que historia, en el sentido tradicional, Acosta re-activa la memoria y, con ello, la potencia del cuerpo, la posibilidad de movilizarnos a partir de lo que somos.


Dos de sus textos sobre la colonia han sido presentados durante la Filven 2021, “Continente prodigioso” y “Salir de la Colonia”. Ambos libros parecen ser un complemento perfecto; en el primero se aborda el imaginario construido por los colonizadores en torno a los territorios de Nuestra América -categoría martiana que no se salva de la aguda crítica de Acosta-, una mirada que se concentra en los inicios de la conquista; en el segundo, Acosta se preocupa por la persistencia colonial, esto es, la vigencia de las relaciones de dependencia que, doscientos años después, aún marcan y condicionan la historia de nuestros países.


Sin establecer una relación de determinación, sin duda, aquel imaginario que describe y se ilusiona con un continente prodigioso donde las maravillas se encuentran aún por descubrir –a diferencia de la para entonces aburrida y vieja Europa-, se encuentra genealógicamente unido a lo que Acosta analiza como la dimensión cultural de la colonia, y desde la cual se hace posible pensar la colonia como una condición enraizada en nosotros, como parte de lo que nos constituye históricamente y nos dificulta ejercitar la libertad y la independencia por la que política y militarmente hemos batallado.


La idea de des-colonización, que esta semana también ha sido protagonista en las salas de Filven, salta rápidamente a nuestra mente; y si bien no forma parte del itinerario explícito de Acosta, sin duda alguna resulta necesaria para “salir de la colonia”. El profesor homenajeado nos plantea que estos temas se han manejado principalmente desde una perspectiva “elitesca”, lo cual impide la comprensión generalizada del fenómeno al cual se alude. “La única forma de que la lucha contra el coloniaje se vuelva lucha popular es simplificarla”, sentencia.


Sin embargo, tal “simplificación” no se traduce en un reduccionismo que, cual catecismo, reproduzca un conjunto de discursos vacíos de práctica. Entonces, apunta Acosta, “salir de la colonia” pasa necesariamente por llevar esta lucha a la cotidianidad, de modo que, sin decirlo, el profesor parece sugerir que no se trata de un asunto que se resuelve exclusivamente en el plano racional o de la “consciencia”, sino que se trata simultáneamente de forjar una nueva sensibilidad, capaz de encarnar y fundar nuevas prácticas.


La ausencia de esa sensibilidad post-colonial probablemente tenga sus raíces en lo que Acosta denomina como “el fracaso del Congreso de Panamá”, relacionado a su vez con la caudillesca emergencia de las “patrias chicas”, en contraposición con la “Patria Grande” de Bolívar. La insistente gestión de Estados Unidos para instalar la idea del “panamericanismo”, hace que nuestros países terminen yendo a Washington “en nombre de Bolívar”, hasta que finalmente se crea la OEA. La salida de la colonia europea significó, en la práctica, la entrada a la colonia estadounidense, de modo que se reforzaron las lógicas de dependencia previamente constituidas.


Por si fuera poco, Acosta también nos recuerda que las antiguas potencias colonizadoras no estaban dispuestas a perder toda su influencia; de hecho, explica, la nueva relación post-independencia libera de costos a Europa sin que ello signifique una pérdida total sobre sus negocios en Nuestra América. La cada vez más “fascista” idea de Iberoamérica y la noción de “América Latina” sirven para dar cuenta de la fórmula de relación planteada desde el Norte: No hay América sin España y sin Europa, de modo que el “nuevo” espacio relacional se funda en el reconocimiento de una aparente deuda que tenemos con nuestros colonizadores.


De modo que las formas de relación coloniales no sólo se reprodujeron institucionalmente, sino que empezaron a formar parte de lo que somos o, quizás sea mejor decir, a dificultar la emergencia de una identidad auténticamente nuestramericana, capaz de instituir una relación de igualdad entre los países de la región y las antiguas potencias coloniales. El reto que nos dibuja Acosta, entonces, es uno que nos obliga a vernos a nosotros mismos, a reconocer la colonialidad de nuestro ser como primer movimiento para superarla.

OL

Mario Sanoja Obediente

Caracas, 1934 – 2022

Doctor en Antropología por la Universidad Central de Venezuela, licenciado en Etnología por la Universidad de La Sorbona, París. Colaborador científico del Smithsonian Institution en 1967. Investigador y docente. Fue profesor de posgrado en varias universidades venezolanas. Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela. Miembro del Comité Redactor de la Historia Científica y Cultural de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).Fue profesor invitado de la Escuela Nacional de Antropología de México, de la Universidad Nacional de Costa Rica, de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia; de la Universidad de Copenhagen, Dinamarca, de la Universidad Autónoma de Barcelona. Conferencista Invitado en varias oportunidades por el gobierno de Rusia en diversas instituciones académicas y culturales de ese país. Mario Sanoja es considerado un teórico del Socialismo Bolivariano, proyecto que concibió unido irrestrictamente a la práctica revolucionaria.  Fue precursor de la arqueología marxista en Venezuela, y de la arqueología social Latinoamericana. Recibió la Orden José María Vargas, al Mérito Académico en primera y segunda clase; la Orden Nacional del Mérito al Trabajo en su primera clase.  Recibió en 2004 y 2006 el Premio Nacional de Cultura, Mención Humanidades. En 2018  le fue otorgado el Premio Nacional de Historia y en 2019 fue designado Cronista de la Ciudad de Caracas. Alcaldía de Caracas-Cámara Municipal del Municipio Libertador. Autor de más de 70 libros entre los que destacan: Historia Sociocultural de la Economía Venezolana (2011), Del Capitalismo al Socialismo del Siglo XXI- Perspectiva desde la Antropología Crítica (2012), El Alba de la Sociedad Venezolana (2013). En coautoría con Iraida Vargas Arenas escribió los libros: Hacia una teoría de la sociedad comunal (2019), La fragua del bravo pueblo (2018), La larga marcha hacia la sociedad comunal (2015), entre muchos otros.

Iraida Vargas Arenas

 (Maracay, estado Aragua, 1942)

Antropóloga por la Universidad Central de Venezuela, Magíster en Historia Contemporánea de Venezuela, Doctora en Historia  y Geografía Cum Laude por la Universidad Complutense de Madrid. Se ha desempeñado como docente en universidades de España, México, Costa Rica y Colombia. Es investigadora emérita por parte del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación en nuestro país y colaboradora científica del Smithsonian Institution de Whashington DC. Desde 1967 ejerció la docencia y la investigación en el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV. Se ha desempeñado como investigadora en el área de Arqueología del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. Académica y conferencista dedicada al estudio de las gestas emancipadoras en Latinoamérica y el Caribe con enfoque de género. Impulsora de las teorías feministas en contextos socio políticos progresistas. Su intenso trabajo intelectual ha significado un gran aporte a la historia revisitada de Venezuela.

Ha publicado libros y artículos científicos en revistas especializadas tanto nacionales como internacionales. Autora y coautora de numerosos libros, su trabajo investigativo ha sido reconocido con el Premio Municipal de Literatura, mención ensayo Manuel Díaz Rodríguez, 1974; la Orden al Mérito Académico Dr. José María Vargas de la UCV, 1ra. Clase, 1993; y el Premio Nacional de Cultura, mención Humanidades, 2008. Entre sus trabajos de investigación se encuentran Arqueología, ciencia y sociedad (1990); Historia, identidad y poder (1993); La historia como futuro (1999); Historia, mujer, mujeres: origen y desarrollo histórico de la exclusión social en Venezuela: el caso de los colectivos femeninos, (2006); y en coautoría con Mario Sanoja, ha publicado los libros: La larga marcha hacia la sociedad comunal (2015), Razones para una revolución (2007) y Del rentismo al socialismo comunal bolivariano (2019), entre muchos otros. Así mismo, más recientemente se han reeditado los títulos: El agua y el poder. Caracas y la formación del estado colonial caraqueño 1567-1700; Resistencia y participación. La saga del pueblo venezolano; Antiguas formaciones y modos de producción venezolanos; Los hombres de la yuca y el maíz y una primera edición de Venezuela en su camino hacia el socialismo bolivariano.

Carmen Clemente Travieso

(Caracas, 1900 – 1983)

Escritora, periodista, ensayista, investigadora, militante y activista por los derechos de la mujer. Precursora del feminismo en Venezuela. Hija de Lino Clemente y Mercedes Eugenia Travieso, era la bisnieta del prócer de nuestra independencia, Lino de Clemente. Fue ávida lectora desde muy pequeña, iniciándose en las letras al elaborar historias propias a partir de los cuentos que su abuela Trinidad Domínguez de Travieso le narraba. Labró una amistad entrañable con el poeta, humorista, político y abogado Andrés Eloy Blanco, que permaneció hasta la muerte del escritor. Primera mujer en obtener el título de reportera en la Universidad Central de Venezuela, iniciándose en este oficio en 1944 al ingresar al diario Últimas Noticias. Escribió para los impresos Hoy, El Nacional, El Universal, Ahora, Últimas Noticias y en las revistas Élite, Páginas y Estampas. Su primer artículo publicado el 31 de marzo de 1936 por el periódico Ahora, estuvo dedicado a la exhortación de las mujeres venezolanas en la defensa de sus derechos sociales, económicos y políticos.  También fue la primera mujer postulada por un partido político para ejercer un cargo de elección popular, siendo candidata del Partido Comunista de Venezuela a la Asamblea Nacional Constituyente de 1946, donde las mujeres votaban por primera vez.

Pionera en la actividad periodística venezolana y como militante de izquierda, luchó contra la férrea dictadura de Juan Vicente Gómez, en apoyo a la Generación del 28, convirtiéndose en un símbolo femenino de combate, que irrumpe en los albores del siglo XX.

Estuvo activa en la reproducción, distribución y redacción de periódicos como El Imparcial, La Boina y el diario El Martillo, órgano difusor del Partido Comunista del que forma parte, creando en 1930 su primera célula femenina junto a Margot García Maldonado y Josefina Juliac. Funda la Asociación Cultural Femenina, que proponía reformas al Código Civil a favor de derechos equitativos entre hombres y mujeres, y crea la Casa de la Obrera, donde se impartían clases y se debatían temas de interés mediante la participación popular con foros y conferencias. Entre 1936 y 1948 publicaba en su página Cultura de la mujer, artículos en el contexto del insipiente feminismo de la época, cuya óptica particular se decantaba por una lucha propia, evitando la competitividad con el hombre.

Publicó los títulos: Mujeres venezolanas y otros reportajes (1951), Teresa Carreño (1953), Las Esquinas de Caracas (1956), Mujeres de la Independencia (1965), Anécdotas y leyendas de la Vieja Caracas (1971) y La Mujer en el Pasado y en el Presente (1976). Gana el Premio otorgado por la Asociación Venezolana de Periodistas en 1948, obtiene el Diploma de Honor y Medalla al Mérito Avepista en 1966 y recibe la Medalla de pionera, conferida por el Colegio Nacional de Periodistas en 1981.